El Wax es un concentrado de cannabis que se ha vuelto muy popular gracias a su potente efecto y la versatilidad que presenta para su consumo. Se trata de un tipo de aceite de hachís butano o BHO por sus siglas en inglés –Butane Hash Oil– que se obtiene a través de un proceso en el cual se usa gas butano para separar los cannabinoides y terpenos de los elementos vegetales de la marihuana curada.
En español lo llamaríamos cera, lo cual nos habla un poco de su aspecto: se trata de un producto entre color miel y caramelo oscuro –nunca negro– que puede ser cremoso, granulado o presentar una consistencia más quebradiza similar al caramelo. La apariencia del producto final dependerá del proceso de elaboración y la cepa de cannabis utilizada como materia prima.
Las ceras más cremosas también se conocen con el nombre de budder, los granulados son llamados crumble y los quebradizos honeycomb.
¿Cómo se hace?
El proceso de elaboración del Wax amerita equipo especial y extremar las medidas de precaución ya que requiere usar butano, un gas licuado altamente inflamable. Así antes de empezar necesitas tener en cuenta lo siguiente:
1.- La preparación DEBE realizarse en un lugar con buena ventilación, preferiblemente en exteriores para evitar la acumulación de gas que puede producir una explosión.
2.- Disponer de suficiente butano para la extracción, no sirve cualquier gas. Se debe comprar isobutano, gas especial para extracciones, su composición lo hace más volátil por lo que se libera de la preparación con mayor facilidad y no posee aditivos que se puedan trasladar al Wax. Se estiman 400 mililitros por cada 30 gramos de marihuana.
3.- Evitar la producción de chispas en la zona de trabajo. Se deben retirar todos los aparatos electrónicos (celular y reloj de pulsera incluidos). NO FUMAR en el área de extracción. No usar ropa sintética al momento de realizar la extracción ya que el movimiento puede generar una carga estática.
4.- Utilizar guantes y protección para la cara. El butano en estado líquido tiene una temperatura de 460°C por lo que puede producir quemaduras por frío.
Para realizar la extracción del Wax vas a necesitar:
- 30 gramos de cogollos o recortes de marihuana curados
- Una botella de 400 ml de isobutano
- Tubo de extracción de acero inoxidable
- Papel antiadherente PFTE
- 2 bandejas pírex (que quepan cómodamente una dentro de la otra para hacer baño de María)
- Placa calentadora
Para iniciar el proceso se debe cortar o triturar la marihuana procurando que quede toda del mismo tamaño, luego llenar el tubo de extracción sin compactarlo demasiado y llevarlo al refrigerador mínimo por 24 horas para preservar intactos los terpenos. El punto de compactación ideal solo lo podemos conocer a través de la experimentación, es importante recordar que el gas licuado debe pasar a través de todo el cannabis por lo que debemos dejarle suficiente espacio para moverse.
Colocar un trozo de papel antiadherente PFTE en la bandeja pequeña asegurándonos de cubrir el fondo y dejar excedente para que el papel se levante por las paredes del recipiente hasta el borde.
Sacar el tubo del refrigerador y llenarlo con el butano por el lado que no tiene rejilla, colocándolo sobre la bandeja preparada con el papel. Recuerda usar los guantes para proteger ambas manos del frío. Debemos procurar sostener con fuerza el tubo y la botella de gas para mantener una presión constante y no perder nada del material.
Algunos minutos después de iniciar el llenado –el tiempo varía en función de la compactación del cannabis en el tubo– debe empezar a salir por la parte de abajo del tubo de extracción el líquido que contiene disueltos los cannabinoides y los terpenos en el butano. El color del líquido puede variar de dorado claro a caramelo oscuro dependiendo de la frescura de la marihuana y el porcentaje de resina que contenga, por lo general una materia prima fresca produce líquidos más claros.
Una vez vaciado todo el gas en el tubo debemos esperar que el líquido escurra y se deposite en el pírex, de esta forma podemos dar por terminada la etapa de extracción. Este licuado no es apto para el consumo, primero se debe purgar para extraer el butano de la mezcla. El producto puede resultar tóxico si no se purga adecuadamente.
El proceso de purga se debe realizar inmediatamente después de la extracción, para ello agregamos un poco de agua en el pírex grande y lo colocamos sobre la placa calentadora hasta que el agua alcance entre 35 y 40°C y ponemos dentro el recipiente pequeño que contiene el líquido obtenido en la extracción cuidando que el agua quede lejos del borde de recipiente pequeño. Debemos vigilar que la temperatura del agua no supere los 40°C para no evaporar los terpenos.
Las burbujas que se forman en la mezcla contienen el butano que se libera cuando estas se rompen, podemos acelerar el proceso reventando las burbujas con un instrumento filoso que esté debidamente esterilizado. Durante el proceso de purgado del Wax damos golpes o agitamos la mezcla con una paleta de acero para incorporar aire.
Al no observar burbujas debemos probar la cantidad de gas que contiene el aceite acercando con cuidado una porción pequeña al fuego –en la punta de un cuchillo u otro objeto similar que no se derrita– si vemos saltar chispas o que el producto se enciende debemos repetir el proceso de purga para liberar más butano. Esta prueba se debe repetir después de cada purga hasta no observar chispas ni combustión. Una vez se pasa la prueba del fuego el producto es apto para el consumo.
¿Qué efecto tiene?
En cualquiera de sus presentaciones, una de las características más relevantes del Wax es su potencia y el hecho de que sus efectos se sienten de manera inmediata. Este aceite de hachís puede alcanzar concentraciones de hasta 80% de cannabinoides –THC y CBD– responsables de los efectos terapéuticos y psicoactivos de la marihuana.
Se estima que la potencia de una inhalación equivale a cinco veces la dosis obtenida del consumo de un porro o cigarrillo de cannabis por lo que se recomienda ir con cuidado en la dosificación.