Datan de hace varios siglos y costó para que pudiesen ser comercializados . Hoy es posible encontrar de muchas variedades, incluso algunos cuentan con chips inteligentes y pueden servir como aromatizadores para nuestro hogar, ¿qué tal?
Los vaporizadores son una gran alternativa para consumir cannabis sin la necesidad de fumarla. Es más práctico, más económico (se requiere de menos hierba para conseguir el mismo efecto que fumarla en un papelillo), es más higiénico (no genera humo tóxico y olor) y quizás lo más importante es más saludable.
Sin embargo, no siempre fueron vistos como buenas alternativas. El primer vaporizador apareció en el mercado por los años 70-80. Sin embargo, fueron prohibidos por considerarse un aparato nocivo y que propiciaba el consumo de drogas ilícitas.
Pero esto fue el primer intento de vaporizador como artículo de venta, ya que hay pruebas de que los vaporizadores ya se usaban en las antiguas civilizaciones, como la de Egipto. Los habitantes de la alta sociedad, ahí por el siglo V, antes de Cristo, calentaban piedras en las hogueras para poder calentarlas. A esta fuente de calor, les colocaban semillas de cannabis.
Los egipcios usaban este vapor para relajarse. Además también eran usados por los chamanes de la época.
Ahora, los habitantes de la India, emularon esta forma de los egipcios para vaporizar la cannabis. Fue así que crearon Narguile. Su origen se remonta de hace más de mil años. Se fabricaban de cáscaras de coco. Pero fue recién hace unos 500 años que este método llegó a Turquía y comenzó a hacerse muy popular entre los intelectuales y los más poderosos. Fue así que el Narguile pasó a ser un aparato tosco y rústico a una verdadera obra de arte que dieron paso a los narguiles que hoy conocemos fabricados principalmente de cristal.
Ahora en cuanto a nuestra civilización el primer intento de vaporizador fue realizado por Frank William Wood en 1989. Era un curandero de Cheroke. A él se le ocurrió aplicar calor a un recipiente de cristal con una pistola para remover pintura. Fue tal el calor que emanaba que logró que se evaporaran las esencias de sus hierbas.
Este curandero, le mostró su invento a varias empresas. Pero no fue hasta los años 90 se creó un vaporizador de cristal al que se le bautizó como “Shake & Vape” o también como “Eagle Bill”, que era el sobrenombre de Wood. Es por esto que también a este curandero se le conoce como el verdadero padre del vaporizador.
Al ver el éxito del vaporizador de Wood, varias empresas se pusieron manos en la obra y dieron lugar al primer vaporizador eléctrico. El logro de esto se le atribuye a la empresa canadiense BC. Fue tal el revuelo de este producto que la revista Vancouver Times publicó lo siguiente “calienta al punto que la hierba no produce humo, sino que vaporiza el THC, que se vuelve a condensar en tus pulmones”.
A partir de esto se realizaron por años una serie de estudios relacionados con la vaporización de la cannabis. Finalmente todas las conclusiones fueron favorables, cambiando la mentalidad en especial del mundo de la medicina, que en un inicio se mostró muy reacia a recetar cannabis vaporizado para tratar alguna enfermedad.
Y la revolución siguió. En 1995 un holandés llamado Evert Verdamper logró crear su propio modelo exclusivo de vaporizador que permite llenar globos de vapor a través de una unidad con calefacción.
Pasaron 5 años para que la empresa Vapormed Inhalatoren comercializó por primera vez Volcano, un modelo que se convirtió muy famoso y popular.
Tras esto aparecieron también los vaporizadores portátiles que también constituyeron toda una revolución en el mercado y entre quienes aman la cannabis.
Hoy en día puedes encontrar una gran variedad de modelos y de muchas tecnologías. De hecho, hay vaporizadores que regulan la temperatura por sí solos, incluyen chips inteligentes y que incluso funciona como aromatizadores para nuestro hogar.